Alexander Herschel

Desde niño, se vio atraído por la historia antigua y la arqueología. Aunque proviene de una familia modesta, se las arreglo para obtener una beca en el prestigiosos Instituto Roche-Berenguer.

Se graduó con honores y obtuvo una prolongación de la beca y una plaza en el Instituto como asistente en prácticas. Sin embargo, su carácter inquisitivo provocó que se rehusara a aceptar inconsistencias históricas y esto, ha frenado su carrera académica.

Sus audaces teorías acerca de los orígenes de la civilización humana están directamente enfrentadas con las explicaciones ortodoxas de sus colegas, así que sus relaciones pueden ser consideradas como, un poco tirantes.

Con todo, su nivel en lenguas muertas y su habilidad para analizar e identificar restos arqueológicos en trabajos de campo son valiosos para el Instituto que le mantiene en un alejado despacho en el sótano. Además, su mentor, el Profesor Bonnet, todavía alberga esperanzas de reconducirlo hacia una brillante y convencional carrera.
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